Centro de Sobrarbe
Dejando de lado las altas cumbres pirenaicas, el centro de Sobrarbe le deleitará con su diversidad. Tendrá que organizarse para aprovecharlo al máximo y no perderse nada:
Visite el pueblo de Ainsa, clasificado como el más bello de España, y Boltaña, cuyo casco antiguo es uno de los más grandes de los Pirineos.
Perlas escondidas -o no- repartidas por el embalse de Mediano, como los pueblos de Usana con sus túneles y su arquitectura tradicional, Gerbe con sus impresionantes vistas a las aguas turquesas del embalse de Mediano, Abizanda con su torre y su museo de marionetas, Samitier, su ermita y su castillo con vistas al Entremón, un magnífico cañón natural entre las dos presas...
No dude en ir a admirar la torre de la iglesia del pueblo de Mediano, que emerge de las aguas, recordándonos las duras consecuencias de la construcción de presas en los años '60. Entonces entenderá por qué los habitantes de la región la llaman "La Dama del Lago".
En el valle de Fueva, el conjunto fortificado de Muro de Roda y el restaurado pueblo de vacaciones de Ligüerre de Cinca también vigilan la tranquilidad de las aguas.
Para los amantes de las piedras antiguas, la visita a los monumentos emblemáticos del arte románico lombardo de la región es imprescindible: Monasterio de San Victorián y ermita de Espelunga a los pies de la majestuosa Peña Montañesa, iglesias de San Juan de Toledo, San Vicente de Labuerda o la magnífica Plaza Mayor de Ainsa.
Cuando el nivel del agua lo permite, el embalse de Mediano se convierte en el epicentro de diversas actividades, que le darán otra perspectiva del paisaje, visto desde el agua. El Monte Perdido a lo lejos, la Peña Montañesa al frente, las iglesias hundidas de Mediano y Plampalacios a sus espaldas y las aguas turquesas del embalse rodeadas de acantilados de pinos y dominadas por fortalezas como Muro de Roda o Samitier no te dejarán indiferente. No dude en acudir a las numerosas oficinas de guías que tiene a su disposición para disfrutar de una excursión en canoa, remo o zodiac y admirar la belleza que le rodea.
En tierra, Ainsa y Boltaña son lugares perfectos para hacer compras, tomar una copa y comer en uno de los muchos restaurantes que le recibirán con los brazos abiertos.
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